¿Existe realmente el profesor ideal?

                     

¡Buenos días blogueros!

Como propuesta práctica en clase, hemos tratado de idealizar nuestro profesor ideal, así que no vengo sola, os presento a Carmen. ¿Cómo os imagináis vosotros el profesor perfecto?

Oye, por pedir que no quede, así que Carmen es culta, sabia, abierta de mente, flexible y firme a la vez, ayuda a sus alumnos a fomentar su pensamiento crítico, es paciente, amable, respetuosa, entusiasta, inspiradora, motivadora y apasionante. Como nos seguían pareciendo pocos adjetivos, le hemos añadido unos pocos más: trabajadora, cooperativa, responsable, resolutiva, mediadora, saludable tanto a nivel psíquico como físico, sabe escuchar y expresarse con facilidad, se adapta muy bien, es innovadora y comprometida, crítica e inconformista, empática, con sentido del humor y competente.

Pero... ¿Cuántos profesores nos hemos encontrado con todas estas características?

Tras esta alentadora nota para todo docente, creo que uno de los mayores desafíos de esta carrera es el trabajo personal que exige el desafío de enseñar y relacionarse con personas, cada una única y tan diferente. Un trabajo personal para trabajar de la tolerancia a la frustración, por ejemplo, porque no todos los alumnos son igualmente receptivos; la paciencia y la seguridad en uno mismo, para confiar en que al menos dando lo mejor de sí ya se está enseñando con un ejemplo de convicción, esfuerzo y pasión.

El profesor ideal eres tú, no lo dudes.