viernes, 1 de noviembre de 2019

La ilusión del iceberg

¡Buenas tardes blogueros!
Antes de empezar con la entrada de hoy, ¡Feliz juagolín, grupo! (no he podido evitarlo) Que la perdonen a la Vane mis compañeros de estudios ingleses.

                                         

Se me había quedado atrás esta y otra entrada, entre los trabajos y los exámenes (quedan 11 días, O N C E (si queréis matadme ya)  y no había tenido tiempo de ponerme a escribir y reflexionar lo que esta entrada conllevaba. EN REALIDAD ESTÁ ES LA ACTIVIDAD DE REFLEXIÓN NÚMERO 16. (Yo que la tenía en borradores, pensando que iba a respetarme el orden de creación, PERO NO. Así que lo siento)

Para esta práctica de reflexión, debemos plantear el diseño de alguna investigación para concienciar a los alumnos sobre algún tema, cómo motivar a los alumnos, cómo consensuar normas, etc. En definitiva, diseñar una clase, desde mi punto de vista más amena e innovadora en nuestro futuro docente. 

Voy a enfocarlo, claramente, a mi futura especialidad: Lengua Castellana y Literatura, y digo futura, porque como ya todos sabréis soy graduada en Lenguas Modernas y sus literaturas (alemán y pinceladas de español) y no en el Grado en Español por lo que tengo aún un largo camino por recorrer, como bien dice el título del blog, estoy emprendiendo para ser profe de lengua, pero esta vez de mi lengua nativa y no de alemán o francés como en un principio pensé. A mí desde siempre me ha gustado más la gramática que la literatura, quizás porque no le encontraba el atractivo necesario a esta parte, uno de los factores de los que somos culpables los docentes, ya que debemos hacer interesante, dinámica y amena la materia. 

Por esto, he decidido enfocar mi entrada a la literatura, para tratar de cubrir las carencias que yo sufrí con esta parte y tratar de hacer una parte gustosa y divertida para los alumnos, aplicada a la práctica para poder mejorar la motivación e interiorizarlo mejor. 

                   

La foto representa las caricaturas de una generación literaria compuesta por jóvenes nacidos entre 1892 y 1906 mas reconocidos en la actualidad como la Generación del 27. Esta Generación supone la culminación de un período de excelencia poética como no se ha conocido otro en nuestro país. La evolución de este grupo generacional tuvo dos hitos fundamentales: en el tiempo, la celebración del centenario de la muerte de Luis Góngora en diciembre de 1927; y en el espacio, la convivencia en torno a la Residencia de Estudiantes de la Colina de los Chopos, en Madrid. El grado de conocimiento y de experiencias compartidas que se dio entre sus componentes ha llevado a muchos críticos a denominarla también Generación de la amistad. 

Pero, actualmente, ha surgido un nuevo concepto de amistad: la amistad digital. Pero, ¿qué significa el término “amigo”? Según el diccionario Larousse, es una persona con la que nos une la amistad.
Sin embargo, entre nuestros muchos “amigos” en línea, a veces están presentes simples conocidos, colegas de trabajo, compañeros de clase, familiares… Una mezcla enorme que constituye nuestro entorno de allegados, reales y/o virtuales.
Al final, la noción de amistad parece alterarse: ¿sigue significando lo mismo o algo en absoluto? Porque, en un principio, un amigo es alguien con quien compartimos algo más que una simple pantalla… 

                            

¿Os imagináis como sería la vida de esta Generación si hubieran existido en su día las redes sociales? Posiblemente hubieran aprovechado las nuevas tecnologías para compartir ideas, textos, vídeos, fotografías... o incluso formarían parte de alguna red social para estar en contacto en todo momento, utilizando distintos dispositivos tecnológicos a su alcance. Para llevar a cabo el estudio de esta generación (y para salirnos de lo tradicional que suele ser el libro o el típico taquito de apuntes) trataremos de llevar a cabo el estudio de dicha generación de una forma innovadora, dinámica y motivadora.

Mi propuesta es la siguiente: La creación de una red social, una Residencia de Estudiantes virtual,  que nos sirva para recuperar aquellos tiempos y nos ayude a conocer mejor a estos autores, sus textos y los motivos que los condujeron a escribirlos. 

                                 

Y bueno, hasta aquí esta entrada. Os dejo esta foto porque así me hallo en estos momentos. Las 22:30 un viernes, y yo aquí, con el cerebro a punto de explotar pensando e idealizando mis futuras clases. ¡Ah, y hablando de motivación! Os dejo esta otra foto también, de la que he obtenido el título de esta entrada, porque pensando en el futuro y en nuestras futuras clases no podría venirle mejor el título, no veo la hora de vernos en las aulas. Duro trabajo para una dulce recompensa, así que ¡ánimo, compañeros, lo conseguiremos!

                                

                               

¡Hasta la próxima entrada!


























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